miércoles, 25 de junio de 2014

LA POSTGERONTOLOGIA

La post-gerontología, aparece dentro de la gerontología crítica, planteando un estudio político, cultural y ético acerca del envejecimiento humano. La vejez se encuentra ordenada desde una política de edades, que le asignará una significación particular en un contexto determinado. Entiendo, por política de edades, al modo en que una sociedad ejerce controles sobre el desenvolvimiento de los individuos con relación al concepto de edad; de un modo análogo al que se realiza con el de género. Las políticas, son aplicables según diversas técnicas tales como: el uso de la fuerza, la educación y el disciplinamiento.
Este modo de pensar la gerontología supone considerarla, tanto en su práctica como en su teoría, fundada sobre concepciones normativas acerca del criterio de edad. Criterio que determinará lo que se designe por vejez; el tipo de problematización que se realice, es decir el modo en que esta será identificada, tratada y valorada, lo cual implicará a su vez, un tipo de accionar disciplinario.
El pensamiento político en gerontología, tiene por lo tanto, como base ideológica, la reflexión crítica y transformación de los modelos de sujeción de la vejez y de los dispositivos etáreos; realizando un estudio crítico sobre los modelos en los que se sostiene la gerontología actual, ya sea por el excesivo biologicismo o por las tendencias estratificantes.
La post-gerontología se ubica, dentro de los estudios culturales, ya que en primera instancia implica dar cuenta de un fenómeno cultural específico que remite a una narrativa social y a un momento histórico, en el cual se operan las políticas de edades. Sí la vejez es entendida en cuanto construcción, como parte de una política de las edades, será con el fin de hacer evidente las determinaciones que llevan a dotar de poder, prestigio o a valorar negativamente a cada grupo etáreo. Las mismas supondrán: un tipo de divisiones y modos en que estas sean significadas.
Por intentar desacondicionar las formas diversas de poder, este tipo de pensamiento tendrá una perspectiva ética que determinará su accionar. Dicha perspectiva supone trabajar con la contingencia, es decir con el hecho de que en la construcción social del envejecimiento, resulta necesario especificar: qué representaciones de vejez rigen en ese contexto, cuál es el sujeto producido, y por último, como autorreflexión del propio gerontólogo, desde qué tipo de representación disciplinaria está actuando, lo cual  puede llevar a preguntarnos acerca de la pertinencia o importancia estratégica de su especificación como un campo disciplinar. Por ello, la post-gerontología, aparece como una respuesta política ante una coyuntura cultural, que hace necesario este campo de conocimiento así como su relativización. Teniendo como premisa la contingencia para el rediseño de una política de las edades.

El viejo se construye en diversos escenarios y es por ello que nuestras prácticas devendrán del contexto específico y de la posición que el sujeto vaya asumiendo. Esta relación de poder que se juega, abre paso a nuevas posiciones, las cuales dependerán de la multiplicidad de las relaciones de fuerza, inmanentes y propias del dominio en que se ejercen, y que son constitutivas de su organización.La noción de post- gerontología se inserta dentro de las corrientes post estructuralista y post moderna en tanto supone, en este caso, desestabilizar al texto de la gerontología  y al sujeto construido por este relato, para desde allí deconstruirlo, es decir conocer las bases que lo organizaron. Los contextos sostenidos en discursos darán cuerpo a la producción de subjetividades, en la que la gerontología no está fuera sino que propende y determina a la misma.  

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