Es la bioética una forma de la ética aplicada a la salud, especialidad de
la ética clásica concebida como ciencia de la moral. A través de este enfoque
hoy se emprende la búsqueda de una globalización que incluye aspectos
económicos, políticos y tecnológicos, los cuales se suman a los conceptos
morales en un todo armónico.
En el campo de la moralidad
resulta para muchos controvertido el hecho de la determinación objetiva de
ella; pero, teniendo en cuenta que la moralidad es aquella cualidad de los
fenómenos sociales que se expresa en la connotación que tiene para el hombre la
relación con sus semejantes; entonces, la determinación subjetiva cae por su propia
base al considerar que la moral es un fenómeno espiritual influido además por
la vida del individuo, su fortaleza y acondicionamiento social.
El envejecimiento como fenómeno
biológico y psicosocial e histórico tiene sin duda aspectos específicos en cuanto
a los problemas morales que plantea, en tanto la actividad del individuo
senescente expresa una búsqueda de su autoafirmación que puede o no
corresponderse con lo que el grupo social al que pertenece espera de él, y que
a su vez no siempre está bien definido, debido a que las normas morales que,
como conjunto, están vigentes para una generación a menudo no se corresponde
exactamente a las que prescribe en la siguiente.
En la relación anciano-anciano
se generan conflictos que parten de la rigidez de criterios propia de este
período de la existencia, ya sea que la posición del individuo en cuestión esté
a favor o en contra de las costumbres vigentes. Un ejemplo de este tipo de
análisis lo encontramos en el trabajo que recientemente introduce el concepto
de conducta moral de salud, donde se explora la relación de ancianos entre sí y
de éstos con sus familias, que demostró un deterioro de la moralidad
evidenciado en la débil sustentación de normas y conductas por parte del
anciano y de sus familiares, lo que hace que cualidades como dignidad, respeto,
autoestima, autocontrol y normatividad, estén débilmente representadas, siendo,
como es obvio, imprescindibles en la lucha por la salud personal.
En la relación anciano-familia,
aparecen elementos que se introducen a partir de las diferencias
intergeneracionales en las que se entremezclan elementos afectivos que,
positivos o negativos, matizan la relación en cada caso y van desde la
sobreprotección hasta el maltrato y la franca violencia que dan lugar a violaciones
de la ética que puede tener influencia determinante en la salud del
anciano.
La relación anciano-grupo
social ha variado a través de la historia, desde la reverencia propia de las
culturas más antiguas en las que la tradición oral confería al anciano un papel
de elemento indispensable para la conservación de la identidad del grupo
humano, hasta la concepción del individuo mayor como consumidor no productivo,
al que es necesario eliminar, característico de algunos grupos de esquimales.
En los comienzos de la presente
década se introdujo el término "Envejecimiento sociogénico" para
expresar la presión ejercida por el grupo social sobre el anciano; hoy, cuando
se rinde culto a la velocidad, la técnica, la eficiencia y la juventud, se
olvida con frecuencia el valor de la experiencia y la sabiduría de lo vivido presente
en los ancianos, que se niegan a reajustar su existencia a normas que no
concuerdan con su ritmo biopsicosocial instituido en otras circunstancias
socioculturales. Se establecen así conflictos en cuanto al papel social del
anciano en el mundo actual.
Estas consideraciones llevan a
buscar en la bioética (como disciplina necesaria para regular las acciones de
intervención que puede realizar el trabajador de la salud sobre el anciano,
garantizando a través de su aplicación la primacía de lo bueno), una
herramienta imprescindible para ofrecer su atención al hombre de hoy y de las
generaciones futuras en las que la proporción de ancianos debe ocupar un
espacio abrumador y en las cuales sus demandas y conflictos pueden ejercer
profunda influencia en el equilibrio socioeconómico del grupo humano al que
pertenezca, por lo que se impone el estudio de sus necesidades y posibilidades,
no sólo como sector de elevado consumo sino como posible gestor de las
soluciones para sus propios problemas.
FUENTE: http://www.espaciomayores.es/InterPresent1/groups/imserso/documents/binario/garcia-bioetica-01.pdf
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