Es muy importante el apoyo social en el bienestar y la salud
de las personas mayores. Es necesario exigir e implementar programas de
intervención para incrementar el apoyo social. Éstos han de dirigirse tanto al
entorno próximo de las personas como al contexto global en el que están
inmersas.
Dentro de las intervenciones en el entorno social próximo del mayor se encuentran los siguientes:
1. Programas dirigidos a la formación y el apoyo de familiares, programas de ayuda institucional y ayuda a domicilio.
2. Programas dirigidos a la comunidad donde reside la persona, el vecindario y los servicios del barrio, a la creación de agentes sociales de referencia, a la facilitación del acceso a los recursos, información y coordinación de los mismos.
3. Programas en las residencias para facilitar un ambiente físico y social que promueva el desarrollo y mantenimiento de relaciones interpersonales.
4. Facilitar que el mayor pueda asistir a grupos en los que se le permita evolucionar interiormente, y en los que pueda encontrar una referencia y un determinado sentido de pertenencia (por ejemplo, grupos en los que se trabaje el conocimiento espiritual).
Es imprescindible poner en práctica de estos programas, diseñados para aumentar el apoyo social hacia la persona mayor. Como favorecen y promueven el obrar apropiado, tienen un importante efecto positivo a la hora de afrontar la enfermedad. Tampoco hay que olvidar que el apoyo social es especialmente útil cuando se recibe de personas con los que se comparten experiencias.
Con respecto a las intervenciones en el entorno social más amplio destacan los programas de voluntariado en los que las personas mayores actúan como promotores sociales y de ayuda a otras personas. Finalmente, debe tenerse presente que los programas que promuevan el apoyo social deben apoyarse en relaciones que impliquen reciprocidad y cercanía emocional de la persona que facilita el apoyo.
Dentro de las intervenciones en el entorno social próximo del mayor se encuentran los siguientes:
1. Programas dirigidos a la formación y el apoyo de familiares, programas de ayuda institucional y ayuda a domicilio.
2. Programas dirigidos a la comunidad donde reside la persona, el vecindario y los servicios del barrio, a la creación de agentes sociales de referencia, a la facilitación del acceso a los recursos, información y coordinación de los mismos.
3. Programas en las residencias para facilitar un ambiente físico y social que promueva el desarrollo y mantenimiento de relaciones interpersonales.
4. Facilitar que el mayor pueda asistir a grupos en los que se le permita evolucionar interiormente, y en los que pueda encontrar una referencia y un determinado sentido de pertenencia (por ejemplo, grupos en los que se trabaje el conocimiento espiritual).
Es imprescindible poner en práctica de estos programas, diseñados para aumentar el apoyo social hacia la persona mayor. Como favorecen y promueven el obrar apropiado, tienen un importante efecto positivo a la hora de afrontar la enfermedad. Tampoco hay que olvidar que el apoyo social es especialmente útil cuando se recibe de personas con los que se comparten experiencias.
Con respecto a las intervenciones en el entorno social más amplio destacan los programas de voluntariado en los que las personas mayores actúan como promotores sociales y de ayuda a otras personas. Finalmente, debe tenerse presente que los programas que promuevan el apoyo social deben apoyarse en relaciones que impliquen reciprocidad y cercanía emocional de la persona que facilita el apoyo.
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