domingo, 18 de mayo de 2014

APOYO SOCIAL Y LA VEJEZ

Es muy importante el apoyo social en el bienestar y la salud de las personas mayores. Es necesario exigir e implementar programas de intervención para incrementar el apoyo social. Éstos han de dirigirse tanto al entorno próximo de las personas como al contexto global en el que están inmersas.

Dentro de las intervenciones en el entorno social próximo del mayor se encuentran los siguientes:

1. Programas dirigidos a la formación y el apoyo de familiares, programas de ayuda institucional y ayuda a domicilio.

2. Programas dirigidos a la comunidad donde reside la persona, el vecindario y los servicios del barrio, a la creación de agentes sociales de referencia, a la facilitación del acceso a los recursos, información y coordinación de los mismos.

3. Programas en las residencias para facilitar un ambiente físico y social que promueva el desarrollo y mantenimiento de relaciones interpersonales.

4. Facilitar que el mayor pueda asistir a grupos en los que se le permita evolucionar interiormente, y en los que pueda encontrar una referencia y un determinado sentido de pertenencia (por ejemplo, grupos en los que se trabaje el conocimiento espiritual).

Es imprescindible poner en práctica de estos programas, diseñados para aumentar el apoyo social hacia la persona mayor. Como favorecen y promueven el obrar apropiado, tienen un importante efecto positivo a la hora de afrontar la enfermedad. Tampoco hay que olvidar que el apoyo social es especialmente útil cuando se recibe de personas con los que se comparten experiencias.

Con respecto a las intervenciones en el entorno social más amplio destacan los programas de voluntariado en los que las personas mayores actúan como promotores sociales y de ayuda a otras personas. Finalmente, debe tenerse presente que los programas que promuevan el apoyo social deben apoyarse en relaciones que impliquen reciprocidad y cercanía emocional de la persona que facilita el apoyo.

INFLUENCIA DE LA EDUCACION EN LA VEJEZ

En nuestro entorno social, tal y como están las cosas, es frecuente pensar que la vejez no es una edad para aprender, que las capacidades intelectuales han decrecido y es un desperdicio social y económico hacer esfuerzos en este sentido.
Pareciera que la educación estuviera, más bien, al servicio de la producción económica. Se supone que los viejos no van a producir, no son útiles, y no se tiene es cuenta el gran capital de experiencia que poseen, y la función de transmisión que pueden realizar, tanto en el ámbito familiar como social en general.
Es frecuente oír expresiones dirigidas hacia los viejos del tipo: "tu no te tienes que complicar ya la vida", o ¿Para qué te vas a poner a estudiar a estas alturas?.
Sin embargo, los estudios de gerontología moderna han dado lugar al desarrollo de un movimiento educativo en todo el mundo, éste es el de la Educación Permanente, cuyo lema fundamental es que se puede aprender y educar a lo largo de toda la vida.
Es evidente que, con la edad, disminuyen ciertas capacidades. Disminuye la agilidad mental y ello trae como consecuencia un proceso de lentificación, se tarda más en reconocer a alguien, en recordar un dato inmediato, en resolver un problema. Se disminuye la rapidez, mas no disminuyen las habilidades. Otras funciones tales como la atención, concentración, escritura y cálculo se deterioran, pero muchas dificultades son más atribuibles a la falta de hábito. Se trata de una cuestión de uso, es necesario ejercitar las facultades.
La educación en la vejez puede ser fuente de placer, creación y recreación. Facilita la integración y la elaboración de las ilusiones y deseos, algo que no es extraño. Ocurre en todas las edades.
Son interesantes los Programas Educativos Universitarios para mayores y las Escuelas Permanentes de Adultos. Es necesario mantenerlos y promocionarlos. El desafío en ellos es sostener una educación que plantee como objeto el aprender placenteramente, porque el aprender los es en sí mismo, y que ayude a mantener los vínculos con los objetos exteriores, esto es lo que ayuda a sostener los deseos.

La sociedad avanza vertiginosamente, el proceso de transformación de los ideales provoca caídas de ilusiones, valores, normas y tradiciones. El avance tecnológico origina mayor aceleración que dificulta profundamente la capacidad de elaboración en nuestra sociedad. En ello, aunque es un precio que todos pagamos, los más perjudicados pueden ser los viejos. Es fundamental para el viejo, tener acceso a una educación que le permita encontrar su lugar y su voz en este enjambre.

LA TECNOLOGIA Y LAS PERSONAS MAYORES

Aunque las personas mayores, por lo general, no suelen usar las nuevas tecnologías, sobre todo las de soporte informático y telemático, no lo hacen porque desconocen e ignoran las potencialidades que para ellos pueden tener. Pese a este desconocimiento, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación gozan de buena opinión entre ellas y se muestran predispuestas a intervenir en proceso de formación en su uso y utilidad. De este modo, parece viable e interesante ofrecer a los mayores la oportunidad de mostrarles –mediante una oferta ilusionante– las posibilidades de las mismas para la mejora de la calidad de sus vidas, como formas de atender a sus necesidades y enfrentarse a situaciones de aislamiento, dificultad de desplazamiento o de interacción y comunicación. Los centros de día, las residencias o los centros de educación de adultos, como lugares más usuales de asistencia cotidiana de estas personas, podrían y deberían convertirse en lugares de formación y de facilitar el acceso y el manejo de estos medios y posibilidades a estas personas. Para no seguir descolgando a este colectivo de la participación y las posibilidades del mundo actual, es imprescindible apostar por su formación y el acercar a ellos –de manera fácil y “muy” económica– estos medios. Constituyéndose este en un campo emergente de acción de educadores sociales y pedagogos, y por el que deben implicarse las administraciones públicas.

domingo, 4 de mayo de 2014

CAMBIOS EN ORGANOS Y TEJIDOS POR EL ENVEJECIMIENTO

Todos los órganos vitales comienzan a perder algo de funcionalidad a medida que uno envejece. Los cambios por el envejecimiento se han encontrado en todas las células, tejidos y órganos del cuerpo y afectan el funcionamiento de todos los sistemas corporales. 
El tejido vivo está conformado por células y, aunque existen muchos tipos diferentes de ellas, todas tienen la misma estructura básica. Los tejidos son capas de células similares que cumplen con una función específica. Los diversos tipos de tejidos se agrupan para formar órganos. 

Existen cuatro tipos básicos de tejido: 

* El tejido conectivo sostiene los otros tejidos y los une. Estos incluyen tejido óseo, sanguíneo y linfático, además de los tejidos que brindan soporte y estructura a la piel y a los órganos internos. 
* El tejido epitelial proporciona cobertura para las capas más profundas del cuerpo. La piel y los revestimientos de los diferentes conductos dentro del cuerpo están hechos de tejido epitelial. 
* Tejido muscular que incluye tres tipos: 
o Músculos estriados, como los que mueven el esqueleto (llamados también músculos voluntarios) 
o Músculos lisos (también llamados músculos involuntarios) como los que rodean el estómago y otros órganos internos. 
O Músculo cardíaco, que conforma la mayor parte de la pared del corazón (también llamado músculo involuntario) 
* El tejido nervioso está formado por células nerviosas (neuronas) y se utiliza para transportar "mensajes" hacia y desde diferentes partes del cuerpo. El cerebro está compuesto de tejido nervioso
.
 

CAMBIOS EN LOS SENTIDOS CON LA EDAD

Algunos cambios sensoriales relacionados con la vejez son los siguientes:

1) Visión: Este sentido cambia a lo largo de los años de forma sutil, casi imperceptible cuando nos hacemos mayores. Un problema que se manifiesta en este sentido es que perdemos la capacidad de ver con precisión distancias lejanas. Llevándonos muchas veces a solicitar lentes de medida.

2) Audición: Una causa de pérdida de audición es la exposición que tenemos al ruido estrepitoso, por ejemplo, el escuchar música constantemente y estar expuestos a sonidos acústicos intensos hace que exista un progresivo deterioro en la capacidad de este sentido. Además, con respecto a las diferencias de género: los hombres tienden a perder el oído antes que las mujeres.

3) Gusto y Olfato: Ambos sentidos se unen para que podamos disfrutar la comida. Estudios han demostrado que la olfacción alterada, ocasiona cambios de percepción en la gustación de la comida.


4) Rendimiento muscular: Este rendimiento depende de la integridad del sistema musculo esquelético (músculos, articulaciones y huesos).Hay pérdidas evidentes en los músculos inferiores del cuerpo.Con respecto a los huesos, la osteoporosis (afección ósea relacionada con la edad por la que los huesos se hacen porosos, quebradizos y frágiles) ocasiona debilitamiento en ellos. Depende también de la genética y del estilo de vida que llevamos. Las articulaciones muestran un desgaste en la almohadilla protectora. Cuando este cartílago se rompe, el roce entre los huesos provoca dolor y rigidez. Ahora bien, todos pasaremos por estos y muchos más cambios sensoriales durante el proceso de envejecimiento. Empero, podemos minimizar las deficiencias que vendrán de acuerdo al estilo de vida que llevemos, claro, un estilo de vida positivo, antes de ser adultos mayores o aún cuando ya lo somos. Nunca es tarde.

CAMBIOS EN LA PIEL CON LA EDAD

La piel es el mayor órgano del ser humano, ocupa aproximadamente dos metros cuadrados y su peso apróximado es de 5 kg Con el envejecimiento, la capa externa de la piel (epidermis) se adelgaza, aun cuando la cantidad de capas celulares permanecen sin cambio alguno. La cantidad de células que contienen pigmento (melanocitos) disminuye, pero los melanocitos que quedan aumentan de tamaño, de modo que la piel envejecida aparece más delgada, más pálida y traslúcida. Las manchas pigmentadas grandes (denominadas manchas por la edad , manchas hepáticas o lentigos y son extremadamente comunes después de los 40 años de edad y ocurren más a menudo en el dorso de la mano, el antebrazo, los hombros, la cara y la frente, ya que son las áreas de más exposición al sol) pueden aparecer en las áreas expuestas al sol. Los cambios en el tejido conectivo reducen la resistencia y la elasticidad de la piel, condición que se conoce como elastosis y es especialmente pronunciada en las áreas expuestas al sol (elastosis solar). Esta condición produce la apariencia correosa, deteriorada por la intemperie, común en granjeros, marineros y otras personas que pasan gran parte de sus vidas al aire libre. Los vasos sanguíneos de la dermis se vuelven más frágiles, lo cual a su vez provoca equimosis y sangrado debajo de la piel, los angiomas en cereza que son masas cutáneas benignas , bastante comunes que varían en tamaño y cuya causa se desconoce. Estas masas se pueden presentar casi en cualquier parte del cuerpo, pero generalmente se desarrollan en el tronco. Las glándulas sebáceas producen menos aceite a medida que se envejece. Los hombres experimentan una mínima disminución, por lo general, después de los 80 años de edad, mientras que las mujeres producen gradualmente menos aceite después de la menopausia, lo que puede hacer que sea más difícil mantener la humedad de la piel causando resequedad y prurito. La capa de grasa subcutánea, que facilita el aislamiento y la amortiguación se adelgaza, incrementando el riesgo de lesionar la piel y reduciendo la capacidad de mantener la temperatura corporal. Como hay menos aislamiento natural, en clima frío se puede presentar hipotermia. Algunos medicamentos son absorbidos por la capa grasa y la pérdida de dicha capa cambia la manera en que dichos medicamentos actúan. Las glándulas sudoríparas producen menos sudor, haciendo que sea más difícil mantenerse fresco y se incremente el riesgo de hipertermia o de insolación. A medida que la persona envejece, se incrementa el riesgo de que se produzcan lesiones en la piel, la cual se adelgaza, se vuelve más frágil y pierde la capa grasa subcutánea. Además, se puede disminuir la sensibilidad táctil, sensibilidad de presión, de vibración, calor y frío; de esta manera, la piel envejecida corre un alto riesgo de lesionarse fácilmente. La fricción o un tirón sobre la piel pueden causar desgarros de la misma y los vasos sanguíneos frágiles se rompen fácilmente. Se puede formar moretones y acumulaciones de sangre planas (púrpura) y elevadas (hematomas), inclusive después de una lesión menor. Esto se observa principalmente en la superficie externa de los antebrazos, pero puede ocurrir en cualquiera otra parte del cuerpo. Los cambios en la piel y la pérdida de grasa subcutánea combinados con la tendencia del individuo a ser menos activo, al igual que algunas deficiencias nutricionales y otras enfermedades contribuyen a la aparición de úlceras por presión. La auto-regeneración de la piel envejecida es más lenta que la de la piel joven. La curación de una herida puede ser hasta 4 veces más lenta, situación que contribuye a la generación de úlceras por presión e infecciones. La diabetes, los cambios en los vasos sanguíneos, la disminución de la inmunidad y los factores similares también afectan la curación. Algunos de los signos de envejecimiento de la piel y las causas del mismo son: •Adelgazamiento y arrugas: El adelgazamiento ocurre en la medida en que disminuye la producción de células en la epidermis. La dermis también puede tornarse más delgada y estos cambios en ambas capas hacen que la piel parezca más como papel crepé y se arrugue. La piel envejecida se describe a menudo como más similar al 'papel'  Pérdida de la firmeza: La piel pierde firmeza al envejecer porque produce menos elastina (fibras elásticas que le confieren flexibilidad) y colágeno (fibras densas que le confieren fortaleza). Con estos niveles menores de elastina y colágeno, la piel finalmente se rinde a las fuerzas de la gravedad cayéndose y encorvándose.  Manchas de la edad: Las células de la pigmentación que contiene la epidermis (melanocitos) tienden a aumentar en ciertas áreas, en particular en el dorso de la mano que ha estado expuesto al sol, y se agrupan formando lo que se conoce como manchas de la edad. • Sequedad: La piel envejecida tiene menos glándulas sudoríparas y oleosas. Esto puede hacer a la piel más propensa a condiciones de sequedad como la aspereza y la picazón. Si bien es posible que estos efectos nos ocurran a todos, la velocidad y el grado de envejecimiento de la piel tienen en parte que ver con factores genéticos. Aún más significativa es la influencia que ejercen los factores del estilo de vida. 

CAMBIOS EN HUESOS, MUSCULOS Y ARTICULACIONES CON LA EDAD

 Los huesos tienen una capa exterior llamada corteza, o compacto, el hueso y una capa interna llamada trabecular o esponjosa. La médula ósea se encuentra en los espacios entre las trabécula, Después de los 30 años de edad, los huesos se vuelven más porosos, ya que pierden masa .Este proceso se acelera después de los 50 y, para las mujeres, se intensifica durante y después de la menopausia. Los cuerpos producen hueso nuevo para reemplazar el que se pierde. Pero a medida que envejecen, menos parte del hueso perdido se sustituye. Fortalecer los huesos antes de que el ritmo de pérdida aumente, es lo mejor. Las articulaciones se vuelven menos flexibles a medida que envejecen, y los minerales pueden calcificarse en áreas como el hombro. Los huesos de las articulaciones de los dedos se vuelven más gruesos, y las caderas y las rodillas pueden comenzar a degenerarse, a veces requieren cirugía de reemplazo. Para frenar el deterioro del esqueleto, realiza ejercicios de peso para fortalecer los huesos, y tener un mínimo de ingesta de calcio de 1.300 mg al día para mujeres post-menopáusicas, y para los hombres mayores de 65 años.

CAMBIOS FACIALES CON LA EDAD

La apariencia típica de la cara y del cuello cambia con la edad. Se puede perder el tono muscular, ocasionando una apariencia flácida o lánguida. Los carrillos pueden comenzar a aflojarse o colgar, llevando a un "mentón doble" en algunas personas. La nariz se alarga levemente y puede lucir más prominente en algunos individuos.
Se puede presentar igualmente un incremento en el número, tamaño y color de las manchas pigmentadas en la cara, lo cual se debe ampliamente a la exposición al sol.
La piel puede adelgazarse, resecarse y formar arrugas  . Aunque las arrugas son inevitables hasta cierto punto, es probable que la exposición al sol y al humo del cigarrillo precipiten su desarrollo.
Las orejas se pueden alargar levemente en algunas personas, probablemente a causa del crecimiento del cartílago. Es posible que algunos hombres descubran que desarrollan vellos en sus orejas que se vuelven más largos, más ásperos y más notorios a medida que envejecen.
Las glándulas cerosas disminuyen en número y actividad y el cerum del oído  se vuelve más seco. Este cerumen más seco se puede compactar más fácilmente y obstruir el conducto auditivo externo, disminuyendo la capacidad de oír.
Las cejas y las pestañas se vuelven grises. La piel alrededor de los párpados se afloja y se arruga, formando con frecuencia un patrón de "pata de gallo". La órbita del ojo pierde algunas de sus almohadillas de grasa, haciendo que los ojos se vean más hundidos y limitando su movimiento.

Los párpados inferiores pueden presentar bolsas y es muy común que se observen parpados caídos , limitando ocasionalmente la visión. La superficie externa del ojo (córnea) puede desarrollar un anillo gris-blancuzco, llamado arco corneal o arco senil.

CAMBIOS DEL SISTEMA NERVIOSO CON LA EDAD

El cerebro y el sistema nervioso son el centro de control del cuerpo. Controlan los movimientos de su cuerpo, sus sentidos, sus pensamientos y sus recuerdos. También controlan los órganos como el corazón y los intestinos. Los nervios son los caminos que llevan señales desde y hacia el cerebro y el resto de su cuerpo. La médula espinal es el manojo de nervios que va desde el cerebro bajando por el centro de la espalda. Los nervios se extienden desde la médula espinal a cada parte del  cuerpo.
Cambios con la edad y sus efectos en el sistema nervioso 
A medida que usted envejece, el cerebro y sistema nervioso pasan por cambios naturales. El cerebro y la médula espinal pierden peso y neuronas (atrofia). Las neuronas pueden comenzar a transmitir mensajes más lentamente que en el pasado. Los productos de desecho se pueden acumular en el tejido cerebral, a medida que las neuronas se descomponen, lo cual puede causar la formación de cambios anormales llamados placas y ovillos neurofibrilares. Un pigmento graso de color marrón también se puede acumular en el tejido nervioso. La descomposición de los nervios puede afectar los sentidos. Se podría presentar reducción o pérdida de los reflejos o la sensibilidad, lo cual lleva a problemas con el movimiento y la seguridad. La reducción en el pensamiento, la memoria y la capacidad cognitiva es una parte normal del envejecimiento. Estos cambios no son iguales en todas las personas. Algunas presentan muchos cambios en los nervios y en el tejido cerebral, mientras que otras tienen pocos. Estos cambios no siempre están relacionados con efectos en su capacidad para pensar.
Problemas en el sistema nervioso en las personas mayores 
La demencia y la pérdida importante de la memoria no son una parte normal del envejecimiento; pueden ser causadas por enfermedades cerebrales, como el mal de Alzheimer, el cual los médicos piensan que se debe a placas y ovillos neurofibrilares que se forman en el cerebro y a la acumulación de lipofuscina.El delirio es una confusión grave y repentina que lleva a cambios en el comportamiento y el pensamiento. Con frecuencia, se debe a enfermedades que no tienen relación con el cerebro. Una infección puede provocar que una persona resulte gravemente confundida. Ciertos medicamentos también pueden causar esto. Los problemas de pensamiento y comportamiento también pueden ser causados por una diabetes mal controlada. La elevación y disminución de los niveles de azúcar en la sangre puede interferir con el pensamiento.Converse con el médico respecto a cambios en la memoria, el pensamiento o la capacidad para realizar una tarea. Busque ayuda de inmediato si estos síntomas ocurren de manera súbita o junto con otros síntomas. Un cambio en la capacidad cognitiva, la memoria o el comportamiento es importante si difiere de los patrones normales o si afecta su estilo de vida.
Prevención

El ejercicio físico y mental puede ayudar al cerebro a mantenerse despierto. Los ejercicios mentales abarcan: lectura, hacer crucigramas y conversaciones estimulantes. El ejercicio físico favorece la circulación al cerebro y también reduce la pérdida de neuronas.