Antes de entrar en el tema propiamente
psicológico, recordemos, aunque sea en forma esquemática, algunos aspectos bien
conocidos de la sociedad actual, lo cual nos permitirá a su vez situar el
escenario en el que se mueven los protagonistas de la acción.
Rasgos de la sociedad actual:
1. Es altamente competitiva.-En
un tipo de sociedad así, predomina la dialéctica de la producción y el consumo,
de la oferta y la demanda. Se entiende que para ser tomado en cuenta hay que
producir y hay que consumir.
2. Es efectista.- Se buscan resultados buenos (es decir, útiles) e
inmediatos. Lo no útil, lo que no tiene inmediatamente aplicaciones prácticas,
no se considera importante.
3. Es una sociedad
"acelerada".- Los estudiosos de las transformaciones sociales
aseguran que vivimos una aceleración histórica sin precedentes: las transformaciones
tecnológicas, sociales, políticas, económicas, culturales a las que asistimos,
son casi vertiginosas. Se habla de un síntoma psicosociológico denominado
"shock de futuro" y que consistiría en una especie de miedo de muchas
personas a quedar atrasadas, a no vivir no ya el presente sino alejadas del futuro.
4. Es una sociedad de familia
nuclear.-Ya en la mayoría de los lugares ha perdido vigor la antigua familia
extensa, la familia de la casa grande, casi patriarcal, en la que compartían
naturalmente abuelos, padres e hijos, y a veces tíos y primos.
Vistos a grandes trazos algunos
de los rasgos de la sociedad actual, podemos ahora referirnos a algunos
aspectos psicológicos del adulto mayor. Ellos se relacionan con la manera que
el individuo, enfrentado a la realidad de su envejecimiento, tiene de
percibirse a sí mismo.
1. Pérdida de
Autoestima.-Sabemos que la manera de percibirse es lo que permite la propia
evaluación, y que este último (propia evaluación) es el proceso psíquico
conocido como Autoestima.
2. Pérdida del significado o
sentido de la vida.- el vacío existencial es la neurosis masiva de nuestro
tiempo; ella se produce cuando el propio ser, la propia existencia, carece de
significación. Una vivencia tal acerca del propio Yo, puede desencadenar una
serie de síntomas depresivos.
3. Pérdida de la facilidad de
adaptación.-Al llegar a una edad mayor, la persona va viendo cómo los ambientes
van cambiando para ella, y cómo otros le son lejanos o por lo menos le ofrecen
menos interés.
Ante todo, el adulto mayor, la
persona de tercera edad, el anciano, es protagonista de su propia vida y de su
propia salud física y psíquica. Evitar en este campo, como en todos, actitudes
paternalistas en las que la solución viniera desde otras esferas ajenas a los
mismos protagonistas, es ya una buena medida preventiva. Todas las instancias
de la sociedad deben relacionarse y conectar entre sí para producir "redes
de seguridad" en beneficio de los seres más desvalidos, pero cuidando que
los mismos sujetos sean agentes de su propia liberación.
1. Educación en la verdad.-De
ahí que una de las primeras medidas preventivas en salud psíquica, promotora de
hombres psicológicamente sanos, sea la de la buena educación.
2. Verdad de la tercera edad y
del envejecimiento.-Hemos visto aspectos negativos de esta edad, y sobre todo
los sentimientos derivados de la autopercepción que el individuo tiene de sí
mismo al llegar la edad de su retiro y jubilación.
3. Desarrollo de una Actitud
Abierta.-En consonancia con la propia verdad, el anciano, apoyado en esas
experiencias previas que le han permitido desarrollar y consolidar sentimientos
de autoestima, así como sentimientos positivos acerca del mundo y de las otras
personas, es capaz de mantener a estas alturas de su vida, los sentimientos
básicos para un ideal funcionamiento y una saludable existencia psíquica hasta
el fin de sus días.